Vogue París cumple 100 años bajo el ojo de la tormenta

Vogue París ha estado marcando tendencias desde hace un siglo, desde el “New Look” de la postguerra de Christian Dior o la liberación sexual de los 60, hasta los cigarrillos de los 2000.

Pero justo ahora que hay una nueva exposición en París que marca su centenario, la legendaria revista se encuentra en unos tiempos turbulentos.

El mes pasado, se confirmó que su directora desde hace 10 años, Emmanuelle Alt, dejaría su puesto y no sería reemplazada. Y no fue la única.

Con el objetivo de reducir costes, el propietario Conde Nast International ha despedido a los directores de toda Europa durante el año pasado y ha puesto las ediciones internacionales de Vogue bajo el control directo de la directora editorial global, Anna Wintour, en Nueva York.

Como gran parte de la industria de los medios, Vogue está luchando contra la caída de las ventas y los ingresos publicitarios en la era digital. Pero el último giro también es parte del interminable tira y afloja entre Nueva York y París que se remonta a sus primeros días.

"Toda la historia de Vogue francesa es una de idas y venidas con Conde Nast en Nueva York, volviéndose más independiente durante un tiempo y luego volviendo a ser controlada", dijo Sylvie Lecallier, curadora de la nueva exposición "Vogue Paris 1920-2020", que debutó este fin de semana tras un año de retraso debido a la pandemia.

La edición de París era a menudo la hermana más elevada y bohemia de su versión neoyorquina, más inflexible. Pero también fue el hervidero en el que se definió gran parte del estilo y la feminidad del siglo XX.

"París era el lugar para buscar talento y contenido y llevarlo a Nueva York", dijo Lecallier.

La exposición traza la evolución desde los dibujos art decó de los años 20 hasta la creación de imágenes eróticas de fotógrafos como Helmut Newton en los 60 y 70.

Su último éxito fue con la directora Carine Roitfeld en la década de los 2000, quien recuperó una provocativa identidad gala al deshacerse del personal extranjero en la redacción y convertirse en un icono de la moda por derecho propio.

Su sucesora, Alt, tuvo una presencia más tranquila, aunque también dirigió momentos clave, como la primera estrella transgénero en una portada, la brasileña Valentina Sampaio, en 2017.

“Todos son una amenaza”

Pero la cultura de internet ha creado "una tormenta perfecta" para Vogue, dice el experto en medios Douglas McCabe, de Enders Analysis.

"Los primeros 80 años de la vida de Vogue, tenía un mercado por sí misma, era la biblia de la moda", dijo McCabe a la AFP.

"Pero hoy en día, de forma online, hay muchas otras formas de obtener la información. Influencers, Instagram, YouTube: todos son una amenaza", resaltó.

En un mundo en el que las nuevas tendencias de la moda pueden estallar en todo el mundo en segundos, se ha vuelto mucho más difícil para una revista mensual marcar el ritmo.

"No es que no pueda sobrevivir durante otros 100 años, pero tendrá un tamaño diferente", dijo McCabe.

Vogue ha intentado expandirse hacia diferentes áreas, incluyendo los eventos.

"Solía trabajar para una revista y hoy trabajo para una marca", dijo Alt en la víspera del número 1000 de Vogue Francia en 2019.

Pero la mayor parte del dinero siempre llegó por la parte impresa y las ventas de Vogue Paris están cayendo constantemente de 98 345 en 2017 a 81 962 en 2020, según la web de datos ACPM.

Quizás no sea sorprendente que el nuevo cargo principal en París, redefinido como "jefa de contenido editorial", fuera para Eugenie Trochu, quien ha sido clave para construir la presencia online de la revista. Ella se declaró "emocionada de ser parte de la transformación internacional de Vogue".

Para la comisaria de la exposición, es una sincronización irónica. "No teníamos idea de que acabaría así cuando comenzamos a trabajar en la exposición", remarcó Lecallier.

"Quién sabe hacia dónde irá desde aquí", puntualizó.