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Ana Ibáñez
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12 feb. 2020
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Vera Wang inunda de poesía la antigua mansión de Doris Duke

Traducido por
Ana Ibáñez
Publicado el
12 feb. 2020

La moda, al menos en manos de un diseñador con visión, puede cobrar tintes poéticos. Y esto fue lo que ocurrió la mañana del martes en Manhattan, en un refinado pero atrevido desfile de Vera Wang celebrado en una mansión histórica situada en la Quinta Avenida.


Vera Wang - Otoño-Invierno 2020 - Womenswear - Nueva York - Instagram: @verawanggang

 
El desfile se celebró en el interior de la James B. Duke House, una de las últimas grandes de la Fila de los Millonarios, para un selecto grupo de editores y aficionados. Construido para uno de los fundadores de la American Tobacco y diseñado en homenaje a una mansión de Burdeos, la combinación de ventanal central proyectado, mampostería y balaustrada en el ático convierten a este edificio en el escenario ideal para estas prendas.
 
No es que haya algo ni remotamente clásico en esta colección otoño- invierno de Wang, que trata más bien de reinventar la ropa de noche para el día, o incluso el dormitorio.
 
La mayoría de las propuestas eran semitransparentes, ya fuesen camisolas con pliegues, vestidos de gasa con cuello halter o bodies florales de peso plumas tipo tubo. Todo con correas laterales, detalles de cola o ribetes con volantes.
 
Wang añadió una dosis de elegancia dura al mix con arneses tipo bondage, collares de perro y chokers que adornaban vestidos de corsé negros de los que brotaba el tul o leotardos. Todo el elenco flotaba sobre la alfombra color limón instalada en el interior de la casa señorial, que terminó por convertirse en una de las propiedades de la legendaria heredera Doris Duke, conocida como "la niña más rica del mundo". Doris, famosa por sus aventuras amorosas, guardaba más secretos de alcoba que cualquiera.


Vera Wang - Otoño-Invierno 2020 - Womenswear - Nueva York - Instagram: @verawanggang

 
Respaldado por una gran banda sonora (una ingeniosa selección de violín clásico, con Anne-Sophie Mutter interpretando a Schubert), este desfile fue una declaración formidable de moda imaginativa.
 
“La noche. El final de día. La alcoba se reúne con el cuerpo”, escribía Wang en las notas de su programa.
 
Al final del desfile la diseñadora dio un largo paseo por la pasarela de la mansión entre una calurosa ovación liderada por Anna Wintour.

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