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Hernandez Sebastian
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24 sept. 2017
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Una carta de amor de Donatella Versace para su hermano

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Hernandez Sebastian
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24 sept. 2017

En un homenaje brillantemente diseñado, Donatella Versace conmemoró, el pasado viernes, el vigésimo aniversario de la muerte de Gianni, con una colección que evoca sus mejores momentos y no su trágico final.


Versace – primavera-verano 2018 – Mujer – Milán - © PixelFormula


“Es un homenaje a una leyenda. Era un genio. Gianni, siempre reconociste lo poderosas que son las mujeres. Las ayudaste a reapropiarse de sí mismas. Gracias”, dijo la cantante y DJ Violet en la banda sonora.

El show evocó todos los grandes momentos de Gianni en los noventa, desde sus maravillosos desfiles de alta costura en el Ritz de París hasta los poderosos de prêt-à-porter en su Palazzo privado en Via Gèsu. El desfile recibió el nombre de “Tributo a Gianni Versace, celebración de su vida y su obra”, tal y como se recogía en las notas de cada asiento.

Todos los diseños habían sido seleccionados de los archivos de Giani. El Golden Baroque de 1991 (que se vio en un cuarteto de jóvenes modelos que desfilaron juntas) o la estética Warhol de 1991, el Animalier de 1992, Trèsor de la Mer de 1992 y Butterflies de 1995.  

La colección estuvo llena de pequeños guiños que no pasarán inadvertidos para los conocedores de la moda como, por ejemplo, la famosa tela realizada por Gianni para Cindy Crawford en la portada de Vogue, que fue reinventada en un ajustado vestido de coctel en el que desfiló la hija de la supermodelo, Kaia Gerber. La colección también recogió un vestido vintage, original de la colección Native Americans del otoño-invierno 1992, que lucía magnífico en la modelo Natasha Poly, con un corte de crinolina y un pesado plumaje muy difíciles de reproducir.

“¡Bien, genial, hermoso! exclamó el director creativo de Yves Saint Laurent, y exdiseñador de Versus, Anthony Vacarello, quien ocupaba un puesto en la primera fila junto a Pierpaolo Piccioli y Alessandro Michele.

El cierre estuvo a cargo de cinco supermodelos legendarias: Carla  Bruni-Sarkozy, Claudia Schiffer, Naomi Camppbell, Helena Christensen y, por supuesto, Cindy Crawford. Todas ellas con vestidos ajustados y elegantes, en la malla metálica que Giani presentó por primera vez en 1994. Donatella caminó junto a ellas en la pasarela, mientras recibía una ovación unánime en el centro de arte contemporáneo, La Triennale di Milano.

“Gianni vivió cada año de su vida al máximo. A lo largo de su carrera creó colecciones que hoy se siguen considerando una referencia cultural y fuente de inspiración”, decían las palabras de Donatella en la mencionada nota depositada en las sillas.

Por alguna razón incomprensible, el área detrás del escenario de Donatella volvió a estar cerrada. Por tercera vez este año. Una rara elección, teniendo en cuenta el valor que otorga a la marca esta mujer de ingenio innato.

Así que, al final, el público quedó con un conmovedor y poderoso recordatorio de lo maravilloso que era Gianni Versace. Su trágica muerte privó al mundo de la moda y el diseño de una de sus más grandes figuras, alguien que, sin duda, era un genio atemporal. 

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