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22 abr. 2022
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Un 40 % de exportaciones de ropa usada contaminan en Europa del Este y África

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EFE
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22 abr. 2022

El informe "Regalos envenenados", realizado por Greenpeace Alemania, revela que hasta un 40 % de las exportaciones de ropa usada a países de África y Europa del Este se utilizan "para deshacerse de los restos textiles".


Archivo - Pexels


"Con esta investigación, hemos evidenciado cómo los países y las empresas del Norte Global están evadiendo su responsabilidad a la hora de gestionar las enormes cantidades de ropa que no se venden o se desechan, muchas de ellas con compuestos peligrosos", explica Celia Ojeda-Martínez, responsable de Biodiversidad y Consumo de Greenpeace.

Según el estudio, España produce "en torno a 990 000 toneladas de productos textiles" que van a parar, cada año, a los vertederos, mientras que en Alemania, la cifra de residuos textiles supera el millón de toneladas.

Sin embargo, las tasas de reciclaje textil siguen siendo bajas: solo entre el 10-12 % de los residuos textiles postconsumo se recoge por separado para su reutilización y/o reciclado, y menos del 1 % de la producción total se recicla en ciclo cerrado, es decir, con el mismo uso o similar.

Según el estudio, sobre el porcentaje de ropa que se revende al propio país, desde mediados de los 90 el volumen de ropa recogida ha crecido un 20 % cada año, y las cifras siguen aumentando al mismo ritmo que aumenta la producción de la "fast fashion (un solo uso)".

Pero solo un pequeño porcentaje de esta ropa es revendida en el mismo país en el que se recoge: entre un 10 y un 30 % en Reino Unido, y tan solo un 8 % en Estados Unidos y Canadá.

Se estima que más del 70 % de la ropa reutilizada de Reino Unido acaba en el extranjero, según los datos del documento.

Desde Greenpeace advierten del peligro de considerar la ropa como "un artículo de un solo uso", una tendencia que recibe el nombre de "moda rápida" y cuyas secuelas ecológicas acaban sufriendo "países como Kenia y Tanzania", donde la ropa vieja procedente del "Norte Global" se apila formando "enormes montañas de basura que contaminan los ríos y el aire".

"Necesitamos un acuerdo internacional que prohíba la exportación de desechos textiles, que regule los diseños para que sean verdaderamente reciclables y fomente una economía circular, así como un impuesto global que incluya el principio de quien contamina paga", demanda Ojeda-Martínez en el comunicado de la organización ecologista.
 

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