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Reino Unido decide abandonar la UE en un histórico divorcio

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Reuters
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24 jun. 2016

Reino Unido votó por abandonar la Unión Europea, mostró el conteo de votos del jueves, un resultado que podría dejar al país en un sendero de incertidumbre y significaría el mayor golpe a los esfuerzos de unión del continente desde la Segunda Guerra Mundial.

Reino Unido vota "sí" al Brexit


Los mercados financieros mundiales se desplomaban cuando el conteo casi definitivo mostró una victoria para la opción de abandonar el bloque con un 51,8 por ciento contra un 48,2 por ciento a favor de la posibilidad de permanecer en la UE.

La libra esterlina sufría su peor caída diaria al desplomarse un 10 por ciento frente al dólar, tocando un mínimo de 31 años debido a los temores del mercado de que la decisión golpearía con fuerza la inversión en la quinta mayor economía del mundo.

El resultado dará inicio a por lo menos dos años de un conflictivo procedimiento de divorcio de la UE, que generará dudas sobre el rol de Londres como la capital financiera global y pondrá bajo una fuerte presión al primer ministro David Cameron para que renuncie, pese a que durante la campaña prometió que se mantendría en el cargo independientemente del resultado.

El euro caía más de un 3 por ciento frente al dólar por las preocupaciones de que el resultado generaría un mayor daño económico y político al país frente a permanecer como parte del bloque. Los inversores corrieron en masa en busca de activos considerados de refugio, como el oro y el yen.

Las acciones europeas se dirigían a abrir la sesión con una baja de entre un 6 y un 7,5 por ciento.

En la primera muestra de preocupación a nivel internacional, el viceministro de Finanzas de Japón para asuntos internacionales, Masatsugu Asakawa, dijo que consultaría con el ministro de Finanzas, Taro Aso, sobre la forma de responder a los movimientos del mercado.

Las fuerzas euroescépticas británicas se mostraban eufóricas, celebrando una victoria a la que calificaron como una protesta contra los líderes británicos, las grandes empresas y los políticos extranjeros -incluido Barack Obama- que habían instado a una permanencia de Reino Unido en el bloque.

"Atrévanse a soñar que amanece en un Reino Unido independiente", dijo el Nigel Farage, líder del Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP).
"Si las predicciones son correctas, esta será una victoria para la gente real, para la gente normal, una victoria para la gente decente (...) Dejemos que el 23 de junio se convierta en nuestro día de la independencia", agregó. El dirigente calificó a la UE como un "proyecto condenado".

Cuando se le preguntó si el primer ministro británico, David Cameron, quien convocó al referéndum en 2013 e hizo campaña a favor de la permanencia en la UE, debería renunciar si Reino Unido decidía dejar el bloque, Farage dijo: "De inmediato".

Amenaza interna

Ahora Reino Unido afronta una amenaza a la supervivencia dentro de sus fronteras, ya que en Escocia un 62 por ciento de los votantes se manifestaron a favor de seguir en la UE, lo que seguramente generará presión para un nuevo referéndum sobre si convertirse en una nación independiente.

Dejar la UE podría costarle a Reino Unido el acceso al sistema de mercado único sin barreras y significaría que debería buscar nuevos acuerdos comerciales en todo el mundo. Obama dijo que Gran Bretaña estaría "al final de la fila" para un pacto con Estados Unidos.

La UE quedará debilitada económica y políticamente, enfrentando la salida no sólo de uno de los miembros que ha defendido con más fuerza las políticas de libre mercado, sino también un país con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y con un Ejército poderoso. El bloque perderá de golpe cerca de un sexto de su producción económica total.

Se espera que Cameron informe formalmente el resultado a sus homólogos europeos dentro de pocos días y que prepare las negociaciones para la primera salida de un Estado miembro de la UE, algo que él ha dicho que sería irreversible.

El líder británico convocó el referendo en 2013 en un intento por reducir la presión de los euroescépticos locales, incluidos algunos dentro de su propio partido. Inicialmente considerada como un triunfo fácil, la votación ha puesto su futuro político en riesgo.

Boris Johnson, un miembro del Partido Conservador y exalcalde de Londres que se convirtió en el rostro más reconocible a favor de la salida de la UE, buscaría convertirse en el próximo primer ministro.

Los sondeos de opinión mostraron resultados dispares durante los cuatro meses de una enconada campaña, y el bando a favor de la permanencia consiguió la ventaja la semana pasada después de que la parlamentaria europeísta Jo Cox fue asesinada. El ataque conmocionó a los británicos y generó preguntas sobre si el tono del debate estaba fomentando la intolerancia y el odio.

Al final, sin embargo, quienes preferían seguir en el bloque no pudieron detener una ola de desencanto con una Europa que muchos británicos ven como lejana, burocrática y sumida en una crisis permanente.

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