Traducido por
Rocío ALONSO LOPEZ
Publicado el
7 mar. 2022
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Los refugiados en blanco y negro de Balenciaga

Traducido por
Rocío ALONSO LOPEZ
Publicado el
7 mar. 2022

Cada cierto tiempo, un gran desfile se convierte en un comentario sobre nuestros tiempos. Pero no siempre tanto como en el desfile del domingo de Balenciaga, una colección dedicada al exilio, de Demna Gvasalia, un diseñador que se define a sí mismo como un “refugiado para siempre”.


Balenciaga, colección otoño/invierno 2022 en París - Balenciaga


Presentado en un escenario notable, un espacio cubierto de nieve con paredes de vidrio, de 60 metros de diámetro, donde su elenco caminó con vientos turbulentos hasta su destino, con la ropa volando verticalmente detrás de ellos. Varios estaban medio desnudos, en ropa interior y mantas diminutas.

En una temporada en la que la moda parecía en gran medida irrelevante, dados los horrores de la invasión rusa de Ucrania proyectados en todas partes y de forma constante en todo el mundo, fue importante presenciar una declaración estética de una persona que fue víctima de la guerra.

En 2013, la familia ortodoxa de Gvasalia se vio obligada a abandonar su hogar familiar en Georgia, en una violenta guerra civil en la que las tropas rusas apoyaron a los separatistas en la región de Abjasia. Esto condujo a la limpieza étnica y a que más de 200 000 georgianos se convirtieran en refugiados. En señal de respeto, en el show del domingo, cada invitado recibió una camiseta amarilla y azul con la bandera de Ucrania.

Demna incluso recitó un poema, en ucraniano, por los altavoces, para dar comienzo al show, antes de que apareciera la primera modelo.

“Hasta que estés atado con cadenas, y los enemigos te aten las manos, tus hijos fieles estarán a tu lado. Con espadas en las manos en guardia, juran vivir y morir contigo. Nuestras banderas nativas, aunque cubiertas de sangrientas batallas, nunca estarán cubiertas de vergüenza”, dijo Demna, en un texto traducido por el aclamado documentalista ucraniano-estadounidense Andrew Tkach.

Sus modelos iban vestidas con una capas/vestidos ondeando furiosamente, con bolsos de hombro que parecían bolsas de basura. La mayoría del elenco llevaba ese tipo de bolsos, como si hubieran agarrado sus posesiones más valiosas mientras huían de sus hogares. Gvasalia originalmente había soñado con el decorado como un comentario de lo que podría significar la nieve en el futuro.


Balenciaga, colección otoño/invierno 2022 en París - Balenciaga


“El futuro es ahora, ya que cuando vas a las estaciones de esquí no hay nieve. Se trata de visitar un mundo dentro de 50 años donde tendrás que ir a algún lugar artificial para experimentar el clima que ahora damos por sentado, desafortunadamente”, explicó después de una tormenta de halagos por su show apocalíptico.

Un momento decisivo, con jóvenes vestidos principalmente de negro en versiones más finas del volumen característico de Demna en enterizos gruesos, vestidos de cóctel flamencos acampanados y vestidos de institutriz.
 
En este show mixto, los chicos aparecieron con jeans negros desaliñados, botas de dragón o capas retorcidas, cargando sus bolsas de basura. Todos con gafas de sol de Balenciaga para protegerse de las ráfagas de nieve.

“Esta semana, me vi a mí mismo hace 30 años en un refugio, como algunos niños y niñas ucranianos de hoy. Sin saber si el techo estaba a punto de caer. Entonces, estas personas semidesnudas que se abren camino a través del viento son algo muy personal”, dijo un emocionado Demna.

Se refirió al show como "mi capítulo dos", siendo el capítulo uno su show de antes del Covid en París, donde el elenco caminó sobre un lago poco profundo, en una referencia bíblica.
 
“Cuando comencé esta temporada quería algo positivo, abrir el espacio y la esperanza, pero dadas la circunstancias todo cambió. Eso sucede a menudo con mis desfiles, de alguna manera”, se encogió de hombros el diseñador, que vestía la camiseta amarilla y azul.


Balenciaga, colección otoño/invierno 2022 en París - Balenciaga


Gran parte de la colección consistía en prendas de abrigo plegables y gabardinas en tejidos muy ligeros. A veces parecía que el elenco podría haber hecho personalmente la ropa. Muchos looks eran de denim cortado, donde los jeans se convertían en camisetas sin mangas, o unos bolsos cosidos formaban dos botas de tacón alto.

"Una vez fui un niño georgiano que solía vestirse con cortinas y jugar con las botas de mi madre y ser castigado por eso. Así que lo de hoy es una especie de 'venganza'”, se rió Demna.
 
Conocido por agregar el monograma de Balenciaga a casi todo, Demna incluso envolvió en forma de broma a varias modelos con cinta con el logotipo, para hacer que el monograma fuera menos burgués y menos señorial.

“Al envolverlas con la cinta, ya no es una expresión de una mujer rica caminando por un área rica”, precisó.
 
Su banda sonora fue teatralmente de Europa del Este, una sonata para piano interpretada por Johnandrew Slominski. La música ucraniana sonaba continuamente en el backstage.

Cuando se le preguntó si tenía algún mensaje para Vladimir Putin después de casi dos semanas de guerra, Gvasalia respondió en voz baja: “Mi único mensaje es este show. El hecho de que solo sufren personas inocentes. Los que mueren en la guerra. He experimentado eso. Lo bloqueé de mi mente durante 30 años. Pero los acontecimientos recientes han traído de vuelta todo este dolor. Entonces, el mensaje es que lo que importa en la vida es la vida misma, el amor humano y la compasión… La moda, de alguna manera, no importa en este momento”.

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