AFP
Hernandez Sebastian
9 jun. 2023
Las mujeres de Papúa Nueva Guinea tejen el camino hacia una nueva vida
AFP
Hernandez Sebastian
9 jun. 2023
Dentro de un recinto en la capital de Papúa Nueva Guinea, Betty Nabi se vale de sus seis décadas de experiencia como tejedora de bolsos tradicionales que pueden durar toda la vida. El taller boutique en Puerto Moresby alberga a un grupo de mujeres que se especializan en unir intrincadamente fibras vegetales para hacer las espaciosas bolsas conocidas como bilums, un símbolo del orgullo indígena.

La palabra bilum significa "vientre" en el idioma local Tok Pisin, y las mujeres están dando nueva vida a las bolsas funcionales tejidas a mano, llevándolas a una audiencia internacional a cambio de un salario estable en un país donde alrededor del 40 % vive por debajo de la línea de la pobreza.
"Puedes llevar todo adentro", dice Nabi, una tejedora de 70 años de Bilum & Bilas, quien gana un sueldo mensual de 1000 kina (285 dólares), alrededor de un 50 % más que el salario mínimo del país. "Ve a la tienda, pon la kaikai (comida) adentro. En el grande, puedes poner un bebé", agrega.
Los bilums pueden tardar semanas en fabricarse y se tiñen con colores exclusivos del legado del fabricante. Nabi y las otras tres tejedoras elaboran cada una hasta cinco bilums al mes, lo que atrae a clientes de lugares tan lejanos como Islandia.
“Nos enorgullece”
La demanda sigue creciendo, con clientes internacionales en Norte América, Europa y la vecina Australia, que buscan cada vez más bilums auténticos, según dice la supervisora Maureen Charlie, de 34 años.
Los bolsos también han llamado la atención del mundo de la moda, con cobertura de los bolsos estampados y las técnicas utilizadas para hacerlos en revistas importantes como Grazia, Harper's Bazaar y Vogue Australia.
A algunos les preocupa que los occidentales se apropien indebidamente de la bolsa que sirve como pilar de la cultura de Papúa Nueva Guinea para la moda y el lucro. Pero las tejedoras dicen que tienen pocos problemas con su exportación.
"Nos enorgullece, como, 'Oh, sí, hay algo de PNG allí'", dijo Charlie. "Es especial. Es parte de lo que somos y es parte de nuestra cultura. Todavía lo estamos haciendo, y mis hijos lo harán".
Las bilums a menudo se dan a amigos y familiares, o se usan en rituales de bienvenida, a veces se colocan en el suelo frente a los invitados. Pero las mujeres están aprovechando su creciente popularidad para tejer el sustento para sus familias y otras tejedoras.
"En las aldeas, las mujeres no tienen ninguna fuente de ingresos. A veces no tienen tiempo para ir a los mercados o no tienen carreteras de acceso, así que simplemente tejen y almacenan sus bilums", dijo Charlie.
“En cualquier momento, para siempre”
En el extremo inferior del mercado, las mujeres de Puerto Moresby llevan sus productos a los puestos de los barrios marginales, arriesgándose al robo de existencias en áreas de alta criminalidad.
"Es un buen ingreso para mi familia. Hago bilums y obtengo ingresos para sustentar mi vida diaria", dijo la tejedora independiente Cathy Wariapa, de 35 años, quien vende sus bolsos todos los fines de semana en un lugar más seguro dentro de los terrenos de un hotel.
"A veces no vendemos. Cuando no hay compradores, simplemente nos los llevamos nuevamente", señaló.
Los bolsos generalmente los hacen y los usan mujeres como Charlie, pero los hombres de Papúa Nueva Guinea los usan cada vez más como bolsos alrededor del cuello.
"Si una mujer no usa bilum... dicen que no eres una mujer", sostuvo Charlie.
"Cuando llevo un bilum, siento que soy una mujer y que soy de Papúa Nueva Guinea", expresó.
Así que tejer los bolsos que les heredaron sus madres y abuelas es más que dinero. "Podemos hacer bilums en cualquier momento, para siempre", dijo Betty Nabi. "No pararemos", puntualizó.
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