Las fábricas textiles de Bangladesh reabren pese al confinamiento

Cientos de fábricas textiles han vuelto a abrir en Bangladesh, incumpliendo las medidas de confinamiento del país, uno de los principales productores de ropa del mundo, y poniendo en riesgo a sus trabajadores.

Las principales marcas de prêt-à-porter, obligadas a cerrar las tiendas de todo el mundo para cumplir con las medidas de contención, han cancelado pedidos por valor de al menos 3100 millones de dólares en este país del sur de Asia, según declara la Asociación de Fabricantes y Exportadores de Prendas de Vestir de Bangladesh (BGMEA).

Los fabricantes detuvieron las operaciones a finales del mes de marzo como resultado de las medidas de contención impuestas a los 168 millones de bangladeshíes, pero algunos fabricantes dicen que tienen que cumplir con los plazos previstos de los pedidos de exportación o se arriesgan a perder clientes ante competidores vietnamitas o chinos.

"Tenemos que aceptar el coronavirus como una realidad de la vida. Si no abrimos las fábricas, habrá una crisis económica", explica a la AFP Mohammad Hatem, vicepresidente de la Asociación de Fabricantes y Exportadores de Textiles de Bangladesh. También declaró que había reabierto parcialmente una fábrica que trabaja para la marca británica Primark.

En Ashulia, un centro industrial situado a las afueras de la capital Daca en el que se aglutinan cerca de 600 fábricas, unos 200 000 trabajadores del sector regresaron a sus puestos este fin de semana, según informó a la AFP la portavoz de la policía, Jane Alam. La ropa representa el 80 % de las exportaciones nacionales y da empleo a más de cuatro millones de personas, en su mayoría mujeres de zonas rurales muy desfavorecidas.

Los líderes sindicales advirtieron de una posible explosión en el número de contagios por Covid-19 si se reanuda el trabajo de forma masiva. El país registra oficialmente 145 muertes y unos 5500 casos, pero se han realizado pocas pruebas y los expertos consideran que estas cifras probablemente sean mucho más bajas que la realidad.