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Rocío ALONSO LOPEZ
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20 ene. 2023
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La película del CFDA narra la historia de la moda estadounidense

Traducido por
Rocío ALONSO LOPEZ
Publicado el
20 ene. 2023

En menos de diez minutos, Nian Fish, productora de desfiles y cineasta, ha resumido con gran belleza el impacto de la sensibilidad estadounidense en la escena mundial de la moda. Steven Kolb, director general del Council of Fashion Designers of America (CFDA, Consejo de Diseñadores de Moda Estadounidenses), le encargó el proyecto y presentó la película en los premios del CFDA del pasado noviembre, en los que también se conmemoraban los 60 años del organismo.


Marc Karimzadeh y Nian Fish - Jason Crowley for BFA


El miércoles, la organización invitó a los miembros y a la prensa que se perdieron su estreno a verlo en el Crosby Street Hotel, seguido de una charla con Fish y el director editorial y de comunicaciones del CFDA, Marc Karimzadeh. Las principales conclusiones fueron la fuerza de las mujeres en la industria de la moda estadounidense, especialmente la fundadora del CFDA, Eleanor Lambert; el liderazgo estadounidense en materia de diversidad; los diseñadores estadounidenses como activistas; y una advertencia sobre la nostalgia de los 90.

Fish recordó a la mujer que más influyó en su elección de carrera, la difunta estilista y publicista Kezia Keeble, a quien atribuye el mérito de haberla reclutado y tutelado.

"(Keeble) me pidió que llevara su contabilidad y luego me enseñó a ser estilista. Ella y Paul Cavaco formaron uno de los primeros equipos de estilistas famosos. Los tres lo hacíamos todo juntos: música, casting, luces, estilismo y plancha. Era una diversión estimulante", dijo al público. (Keeble y Cavaco son la K y la C de KCD. El difunto John Duka, antiguo reportero columnista del New York Times, es la D, y otro cofundador de la agencia).

Estuvo a punto de no aceptar el encargo, ya que la petición inicial era una película de tres minutos y medio. "Dije que no cuatro veces. Lo más aterrador era no incluir a ciertos diseñadores; sabía que echaría de menos a algunos", recuerda.

"Steven halagó mi ego y me dijo: 'eres la única que puede hacer esto'. Yo le contesté: 'Es porque soy vieja y recuerdo'", bromeó.


La producción de la película también ayudó a consolidar la fuerza que Eleanor Lambert y el CFDA tenían para la moda estadounidense tal y como la conocemos hoy.
 
"(Lambert) consiguió que la prensa se fijara en los diseñadores estadounidenses. Se dio cuenta de que eran artistas. El desfile de Versalles fue cosa de sus clientes; su habilidad para las relaciones públicas lo hizo posible. La gala del Met y la lista de los mejor vestidos también sirvieron para promocionar a sus clientes", declaró.

"Estoy enamoradísima de la moda estadounidense y creo que mucha gente no lo está. Seguimos luchando contra el estatus de ciudadanos de segunda clase frente a Europa, especialmente París", resaltó.


Narrada por John Waters, la película comienza antes del mandato de Lambert, remontándose a las Gibson Girls, conceptos distintivamente estadounidenses durante la Edad Dorada, cuando la mayoría de los que podían permitirse comprar ropa en lugar de coserla en casa la buscaban en Europa.
 
La Segunda Guerra Mundial marcó un momento crucial en la moda estadounidense, cuando Eleanor Lambert, ex publicista de arte reconvertida en publicista de moda original, aprovechó la oportunidad de no importar prendas europeas para promocionar la moda estadounidense con diseñadores como Claire McCardell, Norman Norell, Adrian (diseñador de vestuario que también vistió a estrellas de Hollywood fuera de la pantalla) y Lilly Daché, entre otros, que saltaron a la fama ante la ausencia de diseñadores europeos como Christian Dior y Cristóbal Balenciaga. La publicista rompió barreras y creó la Lista de los Mejor Vestidos, los Premios Coty, la Semana de la Prensa de Nueva York y la Gala del Met para promocionar a sus clientes diseñadores y a la industria en general.

En 1962, presionó a los senadores estatales para que la moda y el arte pudieran optar al reconocimiento del Fondo Nacional de las Artes. Fundó el CFDA con miembros fundadores como Bill Blass y Oscar de la Renta. Otros hitos importantes son el apoyo de la primera dama Jackie Kennedy a los estadounidenses Oleg Cassini y el entonces sombrerero Halston. Diana Vreeland los bautizó como los "60 del terremoto de la juventud", con diseñadores como Betsey Johnson, Stan Herman (más tarde presidente del CFDA de 1991 a 2006) y Rudi Gernreich, cuyo traje de baño en topless se convirtió en un ícono.

Los años setenta marcan el dominio de Halston, especialmente en Studio 54 y en la famosa Batalla de Versalles, un evento para recaudar fondos para el palacio, entonces en ruinas, concebido por Lambert y John Fairchild, entonces editor de WWD. En la década de los 80, los años de Reagan vieron cómo marcas como Ralph Lauren, Calvin Klein y Donna Karan se convertían en nombres muy conocidos, y el hip-hop de producción estadounidense influía en la moda mundial.


Nicole Miller y Steven Kolb - Jason Crowley for BFA


En 1981 se celebraron los primeros premios de la moda del CFDA, en los que Fernando Sanchez fue galardonado por su womenswear y Jhane Barnes por su menswear. Con la llegada de las supermodelos en los 90, la comunidad de la moda dio la voz de alarma para apoyar a las víctimas del sida, que se cobró las vidas de Halston, Perry Ellis, Patrick Robinson y Willi Smith, entre otros, y las iniciativas contra el cáncer de mama. El CFDA presta su apoyo a través de Seventh on Sale, en colaboración con Vogue, y Fashion Targets Breast Cancer, respectivamente.

El talento del diseño estadounidense se pone por primera vez al frente de casas europeas: Tom Ford en Gucci y luego en Saint Laurent; Michael Kors en Celine; Narciso Rodriguez en Loewe; y Marc Jacobs en Louis Vuitton. Unos años más tarde, los invitados celebrarían la colección primavera 2002 y el nuevo perfume de Marc Jacobs en un embarcadero del río Hudson con vistas a las torres gemelas, justo antes de que se derrumbaran en un acto terrorista el 11 de septiembre.

Este acontecimiento impulsó la creación del CFDA/Vogue Fashion Fund para apoyar a los diseñadores emergentes. En 2020, una pandemia mundial inimaginable ayudó a impulsar A Common Thread, concebido para ayudar a los diseñadores a superar un acontecimiento sin precedentes.

El proyecto también puso de manifiesto el liderazgo estadounidense en materia de diversidad.

"Yves Saint Laurent utilizó modelos negras porque vio a los estadounidenses hacerlo en el desfile de Versalles", explicó. (El desfile de 1973 fue un concurso, y los estadounidenses se proclamaron vencedores).

"Las modelos negras podían moverse y ser como bailarinas mostrando la ropa en la pasarela", continuó.

"Las pasarelas de Halston eran más diversas que las de hace poco. No hablábamos de ello; simplemente era así", aseveró.


De lo que sí ve hablar a los diseñadores estadounidenses es del medio ambiente.

"Somos los activistas de la causa real, que es el planeta, de lo que me di cuenta haciendo la película. Esta es la misión de los diseñadores estadounidenses", afirmó.

En la película se señala que Eileen Fisher fue la primera diseñadora estadounidense en ganar un premio CFDA relacionado con la sostenibilidad. Abrió la charla con Karimzadeh mencionando su edad. "Ninguna mujer dice su edad. Ese es el siguiente aspecto de la diversidad: incluir la edad", afirmó.


La edad de Fish, sin embargo, le permite haber sido testigo de algunos de los momentos más significativos de la moda estadounidense, como el seminal desfile de Calvin Klein en 1992. Considera un mentor al estadounidense más conocido por transformar los jeans de diseño y sexualizar la ropa interior de algodón.

"En aquella época, trabajabas directamente con los diseñadores en los desfiles. Montábamos looks, poníamos vestidos lenceros a modelos voluptuosas y amazónicas como Cindy Crawford y Nadja Auermann con tacones", recuerda.

"Luego llega Kate Moss; es muy joven y mide 1,70 m. El estilista dijo que le pusiera sandalias planas y yo que recortara el forro del vestido. Cambió todo el casting para que todos se parecieran a Kate. Y nacieron las waifs". Remarcó que este periodo está muy referenciado debido a ese momento y que supuso una enorme contribución a la moda estadounidense.
 
Le encantaría que se recuperara Calvin Klein Collection, pero se apresura a no quedarse atrapada en los "males de los 90", como ella los llama.

"Claro que echamos de menos los 90 porque entonces eran más puros, pero he superado mi nostalgia con esta película. Es un desperdicio de la vida de cualquiera volver atrás, excepto para aprender. Tenemos que avanzar", concluyó, ofreciendo una visión del futuro con un guiño al pasado.


"Los estadounidenses tienen un espíritu independiente. La camiseta y los jeans que hicimos que fueran un look se traducen en facilidad, pero me gustaría ver a los estadounidenses vestirse más y ser diferentes, crear esa singularidad como en los años 60, que eran diversos. ¡Podemos hacerlo!", opinó.
 

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