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La Marea Negra de Marine Serre abre la Semana de la Moda de París en el hipódromo
Pocos diseñadores tienen una visión más apocalíptica que Marine Serre, que llamó a su último espectáculo Marée Noire (Marea Negra) y lo escenificó en un terraplén húmedo dentro del hipódromo de Auteuil.
Los dioses del tiempo estaban en sintonía con su oscura visión escenificada en un martes frío, el primer día completo de desfiles en la Semana de la Moda de París de ocho jornadas de duración. Una llovizna constante cubrió a la audiencia de 600 personas, cada una de las cuales había sido equipada con un paraguas negro pequeño y barato. Todo terminó con el sello de Serre, el estampado de medialuna.
Esta fue la segunda colección de Serre inspirada en el apocalipsis. La diseñadora invitó la temporada pasada a sus fans a un espectáculo dentro de un gigantesco almacén subterráneo de tizas.
Esta temporada, la pasarela era de PVC negro, ya que nos acurrucamos bajo nuestros paraguas y aparecieron los primeros modelos. A Serre le gustan los actores estrafalarios y envió a algunas veteranas legendarias, como la belga Elise Crombez. Incluso una chica embarazada apareció junto a un par de perros.
A pesar del holocausto ambiental que se avecina, los supervivientes de Serre tendrán un aspecto muy chic, aunque divididos en cuatro tribus que compiten entre sí.
La diseñadora nombró cuatro comunidades. La primera toda de negro con uniformes de muaré; pantalones de motociclista en relieve e impermeables de plástico, el primero de varios looks reciclados, una obsesión particular de Serre. Un traje de neopreno usado por un modelo ágil fue adornado con botas de cordones S&M y una máscara facial. Otra muchacha con enterizo negro guiaba a un pastor alemán negro agitado.
A continuación, un contingente vestido de rojo, una comunidad del desierto supuestamente ataviada con vestidos de scuba-djellaba y un par de abrigos perfectamente cortados que parecían, extrañamente dado el tema, más adecuados para el té de la tarde en el Ritz que para el Burning Man. Pero, ¿qué tiene de malo una licencia artística?
Para momentos más gentiles después del diluvio, un tercer clan de recicladores con encaje reciclado, sábanas viejas, camisones y ropa de cama en vestidos de ganchillo y varias hermosas túnicas blancas y largas.
Mientras que su última cuarta banda, a la que calificó de "trajes a medida para ejecutivos duros que se hacen con toalla", presentaba espléndidos vestidos de técnica mixta en microfibra tensa en modelos con minibolsas envueltas alrededor de sus bíceps.
En resumen, la visión puede ser deprimente, pero la ropa tenía un enorme ímpetu.
"Mi visión del apocalipsis es la de un mar negro. Y no está muy lejos. Guerras climáticas, olas de calor y extinciones masivas", explicó la pequeña diseñadora, que compensa con valor lo que le puede faltarle en altura.
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