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La divertida visión de la moda de Loewe, con un toque atrevido
Aquellos que busquen una visión del menswear divertida pero atrevida, con un tinte transgresor y un toque de surrealismo, no tienen más que mirar a Loewe, cuya última colección fue la definición de diversión juvenil.
El show se llevó a cabo en un soleado sábado por la mañana en el local preferido de Anderson para Loewe, la sede de la UNESCO en París, aunque una vez más el público tomó una salida lateral improbable en el espacio de exhibición, ubicado en las entrañas de este laberinto del modernismo arquitectónico.
Un decorado de sombras de un muelle de Nueva Inglaterra, hecho de un paseo marítimo lacado negro y pilones, hundido en un mar de hormigón. Arriba, en la pasarela, muchos chicos jóvenes con vestidos que parecían delantales, en dorado, verde periquito, cobre o naranja amargo, que misteriosamente se transformaban en vestidos de gala. Otros estaban en falsas columnas de ganchillo o abrigos ceñidos en la cintura.
“Había visto vestidos de gala de los años 50 y pensé en la infancia, cómo sería eso cuando probaras algo frente a un espejo. Es como pasar del 2D al 3D”, sonrió el director creativo de Loewe, Jonathan Anderson.
Todo estaba anclado por unas botas de charol negras geniales y muy comerciales, terminadas con cadenas en los tobillos, o una selección de zapatillas de ballet doradas.
Anderson ha ofrecido bolsos y carteras de elefantes en Loewe desde hace seis años, aunque esta temporada los hizo explotar con grandes proporciones, convirtiéndolos en paquidermos de cuero o pieles de serpiente de medio metro cuadrado, tan adornados con medallas indias que eran dignos de Maha Shivaratri.
“Miré hacia Christopher Dresser, que obviamente viajó por el mundo, como Asia y Nepal, trajo cosas y luego las interpretó y las hizo para la multitud”, explicó Jonathan.
Las prendas más icónicas de Anderson para Loewe son posiblemente sus camisas, vistas para el otoño de 2020 con baberos y puños de organza, o en azul bebé y bordadas con dos pájaros negros gigantes: la última generación de gansos salvajes irlandeses. Eran llevadas principalmente con pantalones misteriosos enrollados en el gemelo, y se completaban con suaves cinturones de cadena de cuero de S&M. Ideal para momentos más atrevidos.
Bajo la dirección de Anderson, Loewe ha florecido, de una marca española venerable pero polvorienta, a una de las marcas más modernas de la moda. El diseñador nacido en el Ulster, cuyos padres estaban sentados orgullosos en primera fila, ha triplicado la facturación anual de Loewe a más de 500 millones de euros durante sus seis años a cargo.
Cabe destacar que las telas de esta colección eran mucho más caras, como el cachemir de doble cara. Incluso aunque la silueta fuera más atrevida.
"La idea es que cuando llevas ropa, pueden transformar tu personaje en lo que quieras ser. Así que esto tenía que ser infantil, optimista, divertido y de alguna manera extraña, como de superhéroes. Chico guapo con tensión sexual, como si pudieran estar tramando algo”, rio.
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