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Rocío ALONSO LOPEZ
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22 ene. 2023
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La Alta Costura de París, un negocio vibrante y multimillonario, comenzará el lunes su próxima temporada

Traducido por
Rocío ALONSO LOPEZ
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22 ene. 2023

La Alta Costura de París, la máxima expresión de la moda, dará comienzo este lunes con un calendario repleto de marcas de renombre y una veintena de jóvenes promesas en una de las temporadas más interesantes de los últimos años.

Las dos marcas de moda más famosas de Francia, Dior y Chanel, liderarán el evento el lunes y el martes. Dos casas de Alta Costura italianas protagonizarán los desfiles del miércoles y el jueves: Valentino y Fendi. Mientras que Giorgio Armani celebrará su desfile de gala el martes por la noche.


Christian Dior - otoño/invierno 2022 - 2023 - Alta Costura - Francia - París - © ImaxTree


Aunque el desfile más esperado será probablemente el de Haider Ackermann en Jean-Paul Gaultier, el cuarto diseñador invitado a la casa para presentar una colección única de Alta Costura. Sus tres predecesores, Chitose Abe, Glenn Martens y Olivier Rousteing, realizaron desfiles sensacionales. Ackermann, un diseñador de gran talento, también presentará sus ideas en el interior de la histórica sede de Gaultier.
 
Aunque, según la mayoría de las estimaciones, la Alta Costura tiene menos de 5000 clientes reales, su influencia sigue siendo inmensa. Al igual que su poder magnético. Una gigantesca caravana de limusinas recorrerá París para asistir a los grandes desfiles que se celebrarán en lugares históricos, como el de Dior en el Museo Rodin.
 
El calendario oficial de la Fédération de la Haute Couture et de la Mode, el organismo rector de la Alta Costura francesa, cuenta con un total de 29 marcas, empezando por Schiaparelli, el lunes a las 10 de la mañana en la plaza Vendôme, y terminando con Robert Wun, el jueves a las 6 de la tarde.
 
Como viene siendo habitual, un pequeño grupo de marcas de prêt-à-porter se subirá a la carroza de la Alta Costura y organizará desfiles durante la estancia de importantes editores y personalidades. Así, las casas Mugler y Zadig & Voltaire celebrarán desfiles nocturnos el jueves y el viernes por la noche.
 
No obstante, no serán gran cosa en comparación con las grandes casas de alta costura, que a menudo cobran más de 100 000 euros por un traje de alta costura hecho a mano y varias veces esa cantidad por un vestido de novia. Todos los desfiles de Alta Costura terminan tradicionalmente con una Marianne, o vestido de novia.
 
Miles de artesanos, bordadores, costureras, zapateros y sombrereros contribuyen a hacer realidad el momento más enrarecido de la moda de Alta Costura. Es difícil cuantificar el impacto económico exacto, aunque sumando la facturación anual de todas las marcas que desfilan durante la semana de la Alta Costura, la cifra supera los 30 000 millones de euros.
 
Seis marcas de origen italiano, cuatro libanesas con Elie Saab a la cabeza, dos indias y dos neerlandesas, así como una china, una marroquí, una camerunesa y una estadounidense, dan fe de la internacionalización de la Alta Costura y de los creadores. 
 
Pero lo más importante serán las casas de Alta Costura francesas, desde las históricas hasta las de nueva generación, entre las que destacan Alexandre Vauthier, Stephane Rolland y Julie de Libran.
 
La entrada en el calendario sagrado de la Alta Costura es extremadamente complicada y requiere la aprobación de un discreto comité de la Fédération, cuya composición nunca es revelada oficialmente. Al final, el calendario se compone de miembros de pleno derecho, miembros correspondientes de grandes éxitos y miembros invitados noveles.
 
Un efecto secundario es que otra veintena de "modistos" organizarán pequeños desfiles y presentaciones por toda la ciudad de forma independiente: desde la marca ucraniana Frolov hasta la india Vaishali, por mencionar solo dos.
 
Sin embargo, los desfiles más solicitados siempre serán los de las grandes casas, que consideran, con razón, la Alta Costura como el laboratorio de la moda, donde se dan cita los avances tecnológicos, las innovaciones en los tejidos y la fantasía de los diseñadores.
 
Hay cuatro grandes capitales de la moda: Londres, Milán, Nueva York y París. Pero solo París tiene Alta Costura, otra razón por la que sigue siendo la capital de la moda número uno del planeta.
 
Para saber más sobre el pensamiento francés y lo que impulsa la Alta Costura, hablamos con Pascal Morand, presidente ejecutivo de la Fédération, para conocer sus predicciones para el futuro.
 
Fashion Network:¿Qué importancia tiene la Alta Costura para la moda? ¿Y para Francia?
 
Pascal Morand: El estatuto de Alta Costura, legalmente protegido, es una excepción claramente francesa que promueve y protege la creatividad y la singularidad, el saber hacer y la innovación. Simboliza una tradición francesa excepcional, que resuena en todo el mundo. Este estatus implica todo un ecosistema de profesiones, educación y formación, donde las artes y los ateliers ocupan un lugar central. Además de los miembros de la Alta Costura, la Semana de la Alta Costura acoge a casas de todo el mundo: tanto miembros corresponsales como miembros invitados seleccionados cada temporada por el comité de la Chambre Syndicale de la Haute Costure, dirigido por su presidente Sidney Toledano
 
FNW: ¿Qué valor tiene la Alta Costura para París o para la economía francesa?
 
PM: El poder económico de la Alta Costura es muy importante. Despierta la imaginación al tiempo que es una luz de guía para toda la economía de la moda. El mercado de la Alta Costura se ha evaluado recientemente en 11 500 millones de dólares en 2021, con una previsión de 13 500 millones en 2028. La Alta Costura emplea directamente, o indirectamente con las artes y oficios asociados, a varios miles de personas en Francia. Más allá de estas cifras, el poder económico cualitativo de la Alta Costura es muy significativo, como atestigua el Valor del Impacto Mediático (VIM) de la Semana de la Alta Costura, que alcanzó los 120 millones de euros en julio de 2022. Representa, en efecto, una fuerza motriz e influyente para el prêt-à-porter creativo y mucho más allá. Encarna el papel de París como capital mundial de la moda, el savoir-faire y la creatividad. 
 
FNW: Muchas de las grandes casas de Alta Costura, como Dior o Chanel, están prosperando. ¿Por qué ha sido más difícil que surja una nueva generación?
 
PM: La llegada de nuevos miembros invitados en los últimos años, como Yuima Nakazato, Imane Ayissi, Julie de Libran, Maison Sara Chraibi, Gaurav Gupta y Robert Wun, marca el ascenso de una nueva generación. La Alta Costura actúa como un imán que refuerza su poder. Aun así, construir una casa de alta costura es todo un reto. Un joven diseñador puede decidir crear ropa a medida. Pero ser seleccionado como miembro invitado en el calendario oficial exige ser muy creativo e innovador, y también trabajar con artesanos y ateliers.
 
FNW: ¿Qué tipo de apoyo ofrecen la Fédération o el gobierno francés a los modistos emergentes?
 
PM: La Fédération presta un gran apoyo a los modistos emergentes a través de su ambiciosa Emerging Brands Initiative (Iniciativa de Marcas Emergentes). Además, la Fédération cuenta con el apoyo del DEFI para financiar los desfiles de jóvenes diseñadores.
 
FNW: Durante muchos años, Pierre Bergé predijo que la Alta Costura moriría, pero esta temporada hay cuatro días de desfiles muy concurridos. ¿A qué cree que se debe este renacimiento de la Alta Costura?
 
PM: Hemos llegado a una nueva era en la que la creatividad, el saber hacer, la singularidad y la personalización se buscan en cualquier sector de la economía y la sociedad. La Alta Costura es el epítome de este profundo movimiento que se ve reforzado por la necesidad de compensar la difusión de la digitalización con la emoción sensorial y física. En este sentido, la Alta Costura se sitúa a la vanguardia de la modernidad. 
 
FNW: ¿Qué ha hecho para reducir la huella de carbono de la Alta Costura?
 
PM: En la Alta Costura, cada prenda se concibe y construye teniendo en cuenta la sostenibilidad en cada fase. La inteligencia de la mano, unida a la singularidad y al valor intemporal de la Alta Costura, simboliza la esencia de la sostenibilidad.  

 

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