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Ana Ibáñez
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La UE se mantiene inflexible ante un tenso pulso político en Reino Unido

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Ana Ibáñez
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2 sept. 2019

El negociador de la UE Michel Barnier descartó este domingo renegociar el acuerdo de divorcio con Reino Unido, reforzando la hipótesis de un Brexit duro para el 31 de octubre, antes de que se produzca un intenso enfrentamiento político en torno al Brexit esta semana en territorio británico.


El negociador en jefe de la Unión Europea para el Brexit, Michel Barnier, el 10 de abril de 2019 en Bruselas. - AFP


Queda descartado renegociar en su estado actual la salvaguarda irlandesa (o "backstop") que el primer ministro Boris Johnson desea sacar del acuerdo de salida alcanzado con la Unión Europea por la exjefa de Gobierno, Theresa May, según explicó Barnier en una tribuna publicada en el Sunday Telegraph.

Esta disposición prevé que, a falta de una mejor solución al término de un periodo de transición, Reino Unido permanezca en un "territorio aduanero único" con la UE.

Algo inaceptable para Boris Johnson, ya que esto impediría a Reino Unido seguir una política comercial independiente y seguiría sujeto a las normas europeas.

"El 'backstop' representa la flexibilidad máxima que la UE puede ofrecer a un Estado no miembro", escribía el negociador de la UE.  Este dispositivo es necesario, subraya, para preservar la integridad del mercado único europeo y mantener abierta la frontera entre la británica Irlanda del Norte y la república de Irlanda, miembro de la UE, después del Brexit.

"No soy optimista sobre la posibilidad de evitar el escenario de un 'no acuerdo'", añadía.  Según Barnier, solo se podrán discutir eventuales alternativas a la salvaguarda irlandesa tras la ratificación del acuerdo de salida, en paralelo a las negociaciones sobre la futura relación entre Bruselas y Londres.


Aplazamiento del Brexit

Llegado al poder a finales del mes de julio, Boris Johnson prometió sacar a Reino Unido del bloque europeo cueste lo que cueste el 31 de octubre, se alcance o no un compromiso con Bruselas, con el fin de respetar la voluntad del 52 % de los británicos que votó a favor del Brexit en el referéndum de 2016.

El dirigente, que afirma querer preparar un programa de política nacional nuevo, anunció el miércoles la suspensión del Parlamento durante unas cinco semanas, a partir de la segunda semana de septiembre y hasta el 14 de octubre.

Pero quienes se oponen a un Brexit duro denuncian una maniobra para impedirles bloquear una salida "a las bravas". Se preparan para una intensa lucha con el jefe del Gobierno al inicio del curso político, en una sesión en el Parlamento que se celebrará el martes y se prevé agitada.

Los diputados intentarán legislar para frenar un “no acuerdo”.  Se contempla también la posibilidad de una moción de censura contra el Gobierno, que solo tiene un voto de mayoría en la Cámara de los Comunes.

“Tenemos que impedir una salida sin acuerdo”, declaró Keir Starmer, responsable del Brexit en el Partido Laborista, principal fuerza opositora. Una ley así tendría que retrasar la fecha de divorcio, según él.

El ministro encargado de los preparativos para un Brexit sin acuerdo, Michael Gove, contrarió tanto a derecha como a izquierda el domingo, negándose a declarar a la BBC si el Ejecutivo se conformaría con dicha ley.


Subida de precios

Según el Sunday Times, Boris Johnson tampoco descartaría convocar elecciones generales o sancionar a los diputados conservadores que voten en contra del Gobierno.

Uno de ellos, el exiministro conservador de Justicia, David Gauke, declaraba sin embargo en Sky News que “el interés nacional” debe “primar” sobre los intereses personales de los parlamentarios. Se reunirá con Boris Johnson este lunes para explicar su “proyecto para obtener un acuerdo”.

La batalla contra el “no acuerdo” y la suspensión parlamentaria se librará en el terreno judicial, y también en la calle.

El martes, la más alta instancia civil de Escocia estudiará una demanda presentada por diputados proeuropeos contra la suspensión.  El jueves se examinará en Londres una acción judicial iniciada por la activista antibrexit Gina Miller, a la que se unió el ex primer ministro conservador John Major.

También se esperan más manifestaciones después de que miles de británicos protestaran el sábado contra el “golpe de Estado” de Boris Johnson.

La posibilidad de un “no acuerdo” hace temer el restablecimiento de aranceles y la escasez.

“No, no habrá escasez de alimentos frescos”, quiso tranquilizar Michael Gove, que sí admitió en cambio que algunos precios iban a subir. El ejecutivo lanzó el domingo una campaña mediática para informar al público sobre los procedimientos necesarios en caso de que se produzca el Brexit.

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