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Hernandez Sebastian
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4 jul. 2019
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Jean Paul Gaultier presenta su enigmática Alta Costura

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Hernandez Sebastian
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4 jul. 2019

Winston Churchill decía que Rusia era “un acertijo, envuelto en un misterio, dentro de un enigma”. La definición también parece apropiada para el desfile de Alta Costura de Jean Paul Gaultier de la noche del miércoles en París.


Jean Paul Gaultier — Alta Costura — París


El espectáculo de Gaultier Paris, el nombre de su colección de Alta Costura, fue una mezcla de joyas de alta gama, un elegante toque de femme fatale, con algo de extravagancia recatada y cortes fantásticos.

Gaultier solía ser el chico malo de la moda y las pasarelas francesas. Ahora parece más como una institución local, cuyos increíbles espectáculos siempre dan de qué hablar.

Prácticamente no hay diseñadores que no le deban algo de inspiración a Gaultier y muchos de ellos han rendido honores a Jean-Paul en sus propios desfiles. Esta vez fue el turno del talentoso Alber Elbaz, quien estuvo sentado en la primera fila junto a otro ícono de la cultura francesa, Catherine Deneuve.

Ambos pudieron disfrutar de una colección vintage que fue merecedora de ovaciones desde el primer look, un conjunto exquisito que incluía un velo floral dorado y acolchado, un minivestido de coctel romano y una enorme corona de zarina acolchada. También se vio un enorme pero glamuroso abrigo de piloto en cachemira de doble cara de color mostaza y con enormes alas, dignas de Greta Garbo. Una versión más alargada del mismo abrigo y con estampado de leopardo suscitó una nueva ronda de aplausos. Lo mismo sucedió con un increíble estampado al estilo Verner Panton en un conjunto de pantalón de esquí y gabán.

El gran misterio con Gaultier es que, mientras que muchos otros diseñadores sucumben inevitablemente a la repetición de su trabajo, él sigue presentando creaciones nuevas y con grandes avances técnicos. Así lo demuestra el exquisito esmoquin de solapa ancha a partir de una serie de pliegues enormes, asombrosamente sujetados a la cintura.

En el gran final se vio a una deslumbrante novia con un ajustado vestido de tul transparente, tan transparente que se debía cubrir los senos con las manos. Sin duda, un guiño a la obsesión constante en Francia por la aceptación o prohibición de varias declinaciones del velo, y una forma visualmente impactante para culminar una enigmática colección del siempre joven Jean-Paul. A pesar de sus 67 años y, como es costumbre, corrió a lo largo de la pasarela de 60 metros en su sede central en el tercer distrito de París para dar su saludo final.

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