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Ana Ibáñez
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23 sept. 2019
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Huelga por el clima, ¿una cuestión de marketing?

Por
AFP-Relaxnews
Traducido por
Ana Ibáñez
Publicado el
23 sept. 2019

"Huelga por el clima" es la nueva consigna en las empresas, y no proviene de los delegados sindicales sino de los grupos dirigentes, ahora que muchas publicitan su apoyo a las movilizaciones del viernes. Sin embargo, un posicionamiento para capturar clientes que no se traduce en medidas conlleva riesgos.


Patagonia


Aunque el movimiento no es masivo, sí tiene un carácter internacional. Empresas de todo el mundo han hecho declaraciones públicas y se han unido a las protestas a favor del clima del 20 y 27 de septiembre.

La empresa estadounidense de ropa de montaña Patagonia, por ejemplo, ha publicitado ampliamente la decisión de cerrar sus 107 tiendas los dos días para animar a sus empleados a participar en los actos.

"Nos ponemos en huelga en solidaridad con la huelga climática mundial liderada por jóvenes para crear un futuro mejor y justicia climática climática para todos", dice el sitio web de SodaStream, fabricante de sistemas de gaseosa para el hogar con sede en Israel, ahora propiedad de Pepsico.

"Volvemos el 21 de septiembre", agregaron desde la plataforma.

En Alemania, 2400 empresas se han unido bajo el lema de "Entrepreneurs for Future" (emprendedores por el futuro). 

Los empleados de empresas como Zalando, Delivery Hero y Flixbus se manifestaron con traje y corbata para demostrar el apoyo del mundo empresarial.

Los famosos supermercados Alnatura abrieron sus puertas con los empleados mínimos.


Bajo presión
 
Guenaelle Gault, directora de Society and Consumption Observatory, una empresa de investigación y consultoría de París, dijo que las empresas están sometidas a la "presión de los ciudadanos que nunca antes habían estado tan preocupados por las cuestiones ambientales y de los consumidores que exigen que las empresas asuman responsabilidades en el ecosistema general".

Los empleados también presionan a sus empleadores: alrededor de 1700 empleados de Amazon planean unirse a las manifestaciones del viernes.

"Como empleados de una de las empresas más grandes y poderosas del mundo, nuestro papel para afrontar la crisis climática es asegurarnos de que nuestra empresa lidere la cuestión climática, no que la siga", rezaba su petición de huelga. 

"Tenemos que asumir la responsabilidad por el impacto que nuestro negocio tiene sobre el planeta y las personas", agregaron.

Jeff Bezos, jefe del gigante de tecnología y comercio electrónico, recientemente señalado por Greenpeace por sus emisiones de carbono, se comprometió el jueves a hacer que sus operaciones tengan un huella de carbono cero para 2040.

Por su parte, Google anunció el jueves un aumento récord en sus compras de electricidad ecológica, después de haberse convertido en 2017 en la primera empresa de su tamaño en compensar todo su consumo anual de electricidad con energía renovable.


No conformarse con el "greenwashing"
 
Si estas empresas "abren las compuertas, tienen que asumir compromisos reales, como cancelar los contratos comerciales existentes, algo que rápidamente se vuelve muy complicado", dijo Gault.

Las empresas altamente contaminantes de los sectores energéticos e industrial han sido más discretas sobre las huelgas climáticas, aunque el fabricante sueco de camiones y autobuses Scania dedicó la jornada del viernes a formar a sus empleados en materia de sostenibilidad.

"Hay una especie de esquizofrenia en unirse a las protestas sin apoyar el movimiento con acciones", algo que podría plantear problemas a las empresas "cuya huella ambiental no puede reducirse fácilmente", explicaba el especialista en relaciones públicas Jean-Christophe Alquier.

Sin embargo, él ve en estas huelgas una "plataforma de marketing formidable" para las empresas que quieren demostrar que han asumido la necesidad de tomar medidas sobre el clima.

Pero "existe un riesgo ya que la demanda de cambio es muy fuerte en un contexto en el que hay mucha desconfianza de estos actores", aseguró Gault. 

"Las empresas no pueden conformarse con el 'greenwashing''".

Los organizadores del movimiento están a la caza de empresas que solo buscan oportunidades de marketing.

"Para cambiar todo, necesitamos a todos", indicó Clemence Dubois, del grupo activista 350.

"Tantas grandes empresas en apoyo de las huelgas demuestran que es imposible alejarse de la crisis climática, pero, evidentemente, las acciones pesan más que las palabras", insistió.

"El siguiente paso será que las grandes corporaciones lo hagan, redirigiendo las finanzas y modificando sus prácticas", concluyó.

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