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Rocío ALONSO LOPEZ
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26 sept. 2022
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Filippo Grazioli debuta con Missoni y Rhuigi Villaseñor con Bally en Milán

Traducido por
Rocío ALONSO LOPEZ
Publicado el
26 sept. 2022

Un grupo de jóvenes diseñadores insufla nueva vida a la Semana de la Moda de Milán. Concretamente, cinco nuevos directores creativos que acaban de ser nombrados en casas históricas. Desde Salvatore Ferragamo hasta Etro y Benetton, este fin de semana se esperaban febrilmente varios grandes debuts en las pasarelas. Missoni y Bally estaban entre ellas. Filippo Grazioli aportó un toque de frescura a la primera, mientras que Rhuigi Villaseñor llevó la segunda hacia el futuro con un espíritu sexy sofisticado.
 

Un look de Filippo Grazioli para el próximo verano - Missoni


Missoni se renueva con Filippo Grazioli, que se incorporó discretamente a la casa el año pasado tras 18 años en París en Martin Margiela, Hermès y Givenchy. Para su primer desfile, celebrado en la luminosa sala de la Universidad Bocconi sobre una pasarela de espejos que reflejaba gráciles siluetas, el diseñador se decantó por un enfoque suave, retomando los códigos de la marca y desarrollándolos con delicadeza. El resultado fue una colección muy veraniega y colorida.
 
El desfile comenzó con una serie de trajes en blanco y negro, un gran clásico de la casa, utilizando la emblemática técnica de punto flameado de Missoni. Los vestidos y conjuntos de punto se sucedieron en una mezcla de rayas y bandas. Las rayas chocan creando cuadros gráficos abstractos. Los famosos estampados en zigzag de la marca italiana también se reinventan en tamaños maxi o en una explosión caleidoscópica.
 
Es una forma de que el diseñador siente las bases, como un lienzo en blanco en el que irá introduciendo los colores primarios: cian, magenta y amarillo. Las tres tonalidades elegidas para cada nuevo look por turnos. El cárdigan o el body de punto a juego con una falda, el vestido ajustado con motivos geométricos, la versión corta o la que cae hasta los pies, con abertura en el lateral. Filippo Grazioli también juega con las transparencias y los brillos con vestidos de punto que parecen una segunda piel.


Ambiente urbano e industrial en Bally


 
Para su primer show en Bally's, Rhuigi Villaseñor optó por una decoración más oscura, urbana e industrial, con paredes de chapa oxidada y farolas con luz atenuada por la niebla. El sábado presentó la nueva imagen de la venerable casa suiza de calzado, que no desfilaba desde hacía 21 años.
 

La mujer sexy chic de Rhuigi Villaseñor para la marca suiza - Bally


El diseñador californiano de origen filipino, que fundó la marca de streetwear de alta gama Rhude en 2015 y que ahora desfila en París, ha probado suerte por primera vez en el prêt-à-porter femenino. El resultado: una mujer sofisticada y sexy a la que le gusta llamar la atención con sus vestidos ultra ajustados con aberturas en todos los lados, llevados a ser posible con medias de rejilla con pedrería, o con sus elegantes trajes de pijama de seda, sus conjuntos de equitación con botas de pitón o con conjuntos aún más atrevidos como una chaqueta de cuatro bolsillos en oro metálico llevada con un simple par de botas a juego o un sinuoso vestido de noche negro que se abre como un ojo de buey sobre las nalgas, que sólo están protegidas por un tanga.
 
Por supuesto, la colección incluye piezas de cuero, desde tops perforados y vestidos camiseros de ante hasta maxi abrigos de encaje de cuero. Por primera vez, el joven diseñador introduce la ropa de playa en Bally, con bañadores de una sola pieza muy recortados, así como la joyería, que incluye pulseras de oro que se llevan de tres en tres para dar un toque llamativo.
 
Rhuigi Villaseñor inyecta una buena dosis de glamour californiano a la herencia de la casa. La misma ecuación se puede encontrar en el hombre, que puede pasar fácilmente de un traje de chaqueta de doble botonadura a unos jeans y una chaqueta de piel de reptil, siempre que lleve unas zapatillas muy chic y una elegante bata de Bally a modo de abrigo.
 
El único aspecto negativo eran las sandalias con tacones vertiginosos e inestables, que obligaban a las modelos a realizar extrañas contorsiones en su andar, lo que cabe suponer que era doloroso. Es todo un lío para una empresa con 171 años de experiencia en el mundo del calzado y del lujo.
 

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