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Bangladesh: los compradores bajo presión después de la tragedia

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AFP
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1 may. 2013

PARIS - Las empresas compradoras se vieron bajo presión este martes después de la tragedia en Bangladesh, con el lanzamiento de las primeras indemnizaciones y los múltiples llamados a la transparencia del circuito de abastecimiento de la filial del textil.

Menos de una semana después del derrumbe de un edificio de talleres de confección cerca de la capital, Dhaka, dos marcas que tenían presencia en estos talleres ya se han comprometido a compensar a las familias de las víctimas empleadas por su proveedor.

Primark fue la primera marca en anunciar su deseo de indemnizar a las familias de las victimas


La marca británica Primark marcó la pauta el lunes, sin especificar el monto de la ayuda financiera. El grupo canadiense de gran distribución Loblaw, que está relacionado con el drama a través de su filial de ropa económica, Joe Fresh, siguió sus pasos, prometiendo una ayuda "significativa".

Un movimiento que fue muy bien recibido por la ONG Oxfam, que hace un llamado a que "las otras empresas que tienen locales en el edificio sigan este ejemplo", a que en el futuro escuchen "la voz y las preocupaciones de los trabajadores", y a respetar los estándares de seguridad en los talleres.

“Es lo menos que pueden hacer”, reaccionó Gareth Jones, que trabaja en Londres, en donde el sábado se realizó una pequeña manifestación frente al almacén Primark al son de cantos como: “Ama la moda, deshonra los talleres de miseria” o “Vergüenza para Primark”.

Hasta la fecha, Primark y Loblaw son las únicas marcas que han confirmado su abastecimiento por parte de los talleres de Rana Plaza, el edificio construido sin autorización legal, cuyo colapso provocó la muerte de 387 personas.

"Si las marcas permanecen en silencio, entonces corren el riesgo de parecer indiferentes ante el drama. Está en sus intereses expresarse para aclarar la situación", comentó Benjamin Martin de Publicis Consultant a la AFP.

"Ya no pueden fingir sorpresa", sobre todo porque ya ha habido un precedente: en noviembre de 2012, un incendio en una fábrica textil que proveía principalmente a la estadounidense Walmart causó 111 muertes en las afueras de Dhaka.

La responsabilidad del propietario del edificio, Sohel Rana, acusado de homicidio voluntario por negligencia, ya fue establecida en este drama, pero este tipo de evento podría sin embargo causar preocupación a los minoristas occidentales a causa de una degradación de su imagen.

"El que saldrá beneficiado será quien tenga un buen control de su sistema de abastecimiento y pruebe que no tiene ningún subcontratista oculto", dijo el experto de Publicis.

En la opinión de Julie Stoll, delegada general de la Plataforma para el Comercio Equitativo, "es evidente que hay un problema de transparencia y trazabilidad en la filial", debido a la dificultad de las empresas mencionadas para saber si el drama ha tocado a su proveedores o no.

"Mientras que hace diez años, los efectos habrían sido menores, las huellas permanecerán ahora en las redes sociales", sugiere el experto de Publicis.

Justamente, el grupo español de prêt-à-porter Mango escogió Facebook para dar el pésame a las familias. La marca precisó que no era un cliente de la empresa Phantom, co-propietaria de uno de los talleres de confección derrumbados, al que dijo no haberle ordenado más que muestras "cuya producción aún no había comenzado".

Por otra parte, el Grupo italiano Benetton informó que "solamente un pedido realizado a uno de los fabricantes implicados fue efectuado y enviado varias semanas antes del accidente". La marca asegura que "desde eso, el subcontratista ha sido retirado de la lista de proveedores" y menciona la realización de auditorías sociales "de manera continua".

Además de estas auditorías, hace un llamado a abogar por un salario mínimo para todos los intermediarios de la filial así como una "visualización ambiental y social" para que los consumidores que se sienten más preocupados, se multipliquen.

Ya que, por el momento, las prácticas de la industria textil “no son todavía una prioridad para el consumidor europeo", reconoce una gran unión europea de consumidores.

Por Anne PADIEU

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