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9 dic. 2021
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Balenciaga desafía los límites de la realidad con una colección grunge y años 90

Publicado el
9 dic. 2021

No contento con haber conquistado la atención mediática internacional, trascendiendo más allá de las propias fronteras de la moda, gracias a la presentación de su última colección a través de la proyección de un episodio de Los Simpsons, Balenciaga ha vuelto a experimentar con el potencial de la creación de narrativas paralelas a la realidad para dar a conocer su propuesta para el próximo otoño-invierno 2022. Titulada “The Lost Tape” (“La cinta perdida”), la colección ha visto la luz este miércoles 8 de diciembre, en forma de un cortometraje dirigido por el cineasta norteamericano Harmony Korine, conocido por haber firmado películas independientes como “Gummo” o “Spring Breakers”. Y se ha convertido en la primera que el diseñador Demna Gvasalia firma simplemente bajo el nombre de "Demna". Según indica la maison en un comunicado, así se referirán al georgiano desde ahora para "separar su trabajo creativo de su vida privada".


Balenciaga



Un cassette de vídeo con el título y la fecha de presentación hizo las veces de “teaser” de la colección, anticipando a la perfección el hilo conductor que marcaría las nuevas propuestas de la maison propiedad del grupo de lujo Kering: una nostalgia radical hacia la década de los 90. Con este periodo en mente, el vídeo de la colección, presentada de forma física a prensa y compradores en formato showroom desde sus oficinas de la parisina Rue des Sèvres este mismo miércoles 8 de diciembre, apostó por adoptar una estética visual analógica para representar un desfile de ficción.

Un show, con la llegada de sus invitados, backstage o comentarios en el front-row, orquestado por el propio Korine de la mano de Demna. Un desfile que nunca ha ocurrido… o que tal vez sí. Porque a eso es a lo que juega Balenciaga. Después de haber anunciado la creación de un departamento dedicado al metaverso a comienzos de este mes, ¿acaso la celebración de un desfile necesita responder a los cánones y canales convencionales para que el público considere que realmente ha tenido lugar? Balenciaga ha vuelto a colocar a sus fieles seguidores en el papel de espectadores de un evento, cuestionando de nuevo la forma de acercarse o de consumir la moda en un mundo dominado por las pantallas.

Un total de 61 looks se recogieron en forma de polaroids, fieles a la estética vintage. Balenciaga lo apostó todo al negro en una propuesta prácticamente monocromo de reminiscencias post grunge. Prendas propias de la estética “rave” entre las que destaca el gusto por el cuero, presente en faldas largas de corte evasé, amplias cazadoras de hombros estructurados, entre las que destacó un modelo de detalles acolchados, o amplios pantalones moteros en los que se integran las botas XXL, que también encontraron su protagonismo en pares extra largos de estilo mosquetero o en su versión impermeable para la lluvia. En la línea del compromiso de la firma con la sostenibilidad, esta temporada presentó un 89,6 % de tejidos sostenibles certificados, además de piezas etiquetadas como cuero reciclado.


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Las hombreras exageradas características del estilo del diseñador georgiano se repitieron en largos y elegantes abrigos de lana, así como en diversas chaquetas de traje de mangas delicadamente retorcidas o en americanas oversize cruzadas llevadas al revés, con el cierre a la espalda. Completaron los looks un buen puñado de pantalones de sastre, así como otros de estilo street o incluso varías reinterpretaciones del "jogger".

En el plano más sofisticado, Balenciaga propuso vestidos drapeados de corte asimétrico o túnicas fluidas de flecos con logos tono sobre tono, así como de construcciones de vestidos y tops lenceros en color blanco y azul celeste. Los grandes volúmenes y los detalles couture jugaron en un largo abrigo de cuero o en un imponente anorak casi aristocrático, culminado con una cola en forma de lazo que se despliega desde una apertura cremallera a la espalda. El denim se convirtió en el tejido indispensable de la colección, en diferentes tonalidades y lavados, declinados en amplias cazadoras y pantalones de tiro bajo.



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Por su parte, la pincelada de color corrió a cargo de un inmenso abrigo de pelo verde neón, en el que no falta una capucha de sudadera. Un ligero trench blanco, dos abrigos largos inspirados en albornoces, bodies de manga larga o camisetas de tirantes de la propuesta “underwear” u otras de manga corta con pequeños logos en el centro del pecho cerraron la propuesta de prêt-à-porter, culminada por accesorios en forma de colgantes de llave, pendientes en forma de dedal, gafas futuristas o bolsos trenzados.

“Creo que este show te cambia la vida. Está completamente a otro nivel”, comentó la modelo Naomi Campbell en calidad de invitada al final del show ficticio, compartiendo con las otras Vips como Isabelle Huppert, Susanne Bartsch, Esther Cañadas, Cathy Horyn, Diane Pernet, Renata Litvinova la convicción de que la moda digital no solo está para quedarse sino que parece convencer.

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