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12 jul. 2013
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¿Qué tienen en común las fashionistas de París, Shanghái y Los Ángeles?

Publicado el
12 jul. 2013

Hoy en día, al hablar de globalización, la mayoría de marcas tienen que jugar con los gustos, especificidades y códigos culturales de múltiples clientelas a las que se dirigen. El gabinete Martine Leherpeur Conseil (MLC) identificó, en el marco de una conferencia durante el salón Who’s Next de París, los puntos de convergencia y divergencia de clientas con edades comprendidas entre los 25 y los 35 años de tres puntos aspiracionales del globo: París, Shanghái y Los Ángeles para describir los looks y deseos de las mujeres más “in”.


Elegida por el gabinete por su arte en revolucionar y reinventar, Los Ángeles, la fábrica de los sueños, es la ciudad de las fashionistas más alejadas de la imagen que el resto del mundo tiene sobre ellas. La fashionista de L.A. es moderna y lejos del estereotipo de chica atractiva y superficial, según el análisis de Jean-Philippe Evrard, directivo de MLC, aunque tampoco destaca por su discreción. “Hay una ligera tendencia a la puesta en escena, pero no de manera ostentatoria. El look estilo “people”, un look para dejarse ver, está bien anclado aunque siempre hay un pequeño detalle fruto de contra-culturas hippies o new age por ejemplo, muy presente en L.A.”, añade. El look descrito como "effortless glam" se traduce en un estilo chic relajado, en el que el vestido se lleva con botas, los básicos casual van acompañados de multitud de complementos y detalles y el short es el rey. Lucir las piernas es el imperativo en la ciudad de la cultura de playa, donde lo natural tiene que ser radiante, junto con el color rubio y el maquillaje natural.

En Shanghái, lo natural reina en el mundo de la belleza, pero tras él se esconden rituales muy elaborados. La fashionista de la capital económica china se encuentra en búsqueda de la perfección y la elegancia, lejos del glamour de lentejuelas de los años 2000. “Como su ciudad, la fashionista de Shanghái está en el cruce entre el camino de Oriente y de Occidente, afirma Laetitia Orlandi. Buscan una silueta estilizada y armoniosa con un toque de optimismo y libertad gracias al mix & match”, añade. La elegancia se materializa en la importancia capital de la prenda de la parte de arriba: abrigo estructurado, cazadora perfecto o chaquetón de piel marcando la silueta. Como en Los Ángeles, la pierna es la protagonista por delante de los escotes, y el bolso aporta el toque chic que debe conceder a su propietaria un estatus de mujer de poder.

La parisina, sin embargo, busca elementos disonantes. Es la que más intelectualiza su look, según las encuestas realizadas por MLC. Los iconos de las francesas son Françoise Giroud, Simone de Beauvoir y, más actualmente, Vanessa Paradis o Charlotte Gainsbourg. El estilo descuidado chic y la gabardina con moño despeinado son ejemplos que ilustran el apego a los grandes clásicos del patrimonio moda acompañados de un toque transgresor. La aparición de ciertas piezas puede resultar sorprendente, como las zapatillas de deporte, el viejo bolso vintage o el jersey un tanto “pasado de moda”. Un estilo inhibido-relajado que juega con abotonarse la camisa blanca hasta arriba del todo, la nueva camiseta por excelencia de la capital francesa, según el gabinete.

¿Cuál es pues el punto en común que se puede encontrar entre los tres perfiles? Ciertas prendas tienen el visto bueno unánime: los pitillo, las bailarinas, los stilettos, el bolso Celine, los botines, la laca de uñas o el short con camisa, pero con interpretaciones diferentes, algunas más relajadas y otras más estrictas. “De todos modos, la moda global está compuesta por pinceladas locales con personalidad propia”, constata Jean-Philippe Evrard. Al final, quizás no resulta tan fácil ser una marca internacional… con personalidad.

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