Futuro incierto para las franquicias en Colombia

Por:

Tamara Gonzalez Litman

Publicado el
4 may. 2016

En la era de la tecnología y un mundo globalizado, pensar en la exclusividad es cosa del pasado; al menos así lo consideran las marcas internacionales. Si bien las alianzas con socios locales son una gran clave estratégica para el ingreso a nuevos mercados, son siempre las casas matrices quienes guardan las riendas del negocio. 

Colombia ha sido tradicionalmente una incubadora de marcas globales, desde la década de los 90’s e incluso antes, ‘empresarios locales han conseguido para el país franquicias, distribuciones exclusivas, sin embargo, muchas de esas relaciones han llegado a su fin.

Primero fue la historia de Swatch y Benetton, quienes llegaron al país con distribuciones exclusivas con socios colombianas, que al cabo de los años, retornaron el control a la casa matriz, cuando estas últimas vieron el mercado cafetero fortalecido y decidieron apostarle por sus propios medios dejando a los socios locales por fuera del negocio. 

El reciente caso de Mango con el Grupo Uribe demuestra la complejidad que presenta la lealtad de las marcas hacia sus socios locales. Una situación que podría haber levantado interrogantes alrededor de Esprit, compañía que lleva 30 años presente en Colombia de la mano de su socio local, el ya mencionado Grupo Uribe.

Por su parte, el grupo colombiano ha desmentido la posibilidad de ruptura con la empresa de moda.