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14 sept. 2015
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Custo, Jason Wu y Polo Ralph Lauren viven el verano en la Semana de la Moda

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EFE
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14 sept. 2015

Nueva York - Con el cambio climático, el verano es tan relativo como diversos fueron los desfiles para esta estación que mostraron hoy el catalán Custo Dalmau, que optó por la playa, el neoyorquino Jason Wu, que cree en un estío hipersofisticado, y el infalible Polo de Ralph Lauren, que retrata el "dolce far niente".

Jason Wu, en la Semana de la Moda de Nueva York - AFP / Trevor Collens


Decano de la moda española en Nueva York, Custo Dalmau presentó hoy una nueva colección titulada "Slow", que lucha contra el frenesí del diseño actual desde una propuesta barrida por mareas turquesas y de coral y, como siempre, un uso de la tecnología textil que marca la diferencia.

"Queremos ir contracorriente al 'fast-fashion', con piezas únicas que en el conjunto de la colección lanzan un mensaje de que somos creativos pero con mucha calidad", explicó a Efe el diseñador minutos antes del desfile.

Custo Barcelona sigue jugando con sus señas de identidad, pero busca a su vez una reinvención de un estilo muy reconocible pero que cada seis meses intenta asentarse en el terreno de lo imprevisible.

Después de haber viajado en las últimas colecciones por raíces étnicas más exóticas o, incluso, haber volado en busca de referencias galácticas, esta vez Custo parece que, mientras se pone más exhaustivo en sus costuras y más meditabundo en sus creaciones, decide quedarse en casa, donde el mar y la playa tienen un protagonismo esencial.

Así, los vestidos y las camisetas se funden con las prendas de baño, los pantalones cortos son verdaderamente cortísimos, aunque cuando son largos cobran una rigidez como pasada por la deshidratación y el salitre.

Los colores, a veces un coral quemado por el sol, otras un turquesa deslumbrante. Y la tecnología sirve para crear algunos modelos plateados y escamados, como sirenas fuera del agua.

Como gatos alérgicos al líquido elemento pasearon, en cambio, las modelos de Jason Wu, diseñador de origen taiwanés que conquistó a Michelle Obama y que, efectivamente, se dirige al corazón de las señoras más acaudaladas de su país de adopción. Las que se fueron a un verano en otro hemisferio y ahora solo quieren ir de cóctel.

Aunque siempre desde la sobriedad, el volante aparece como un hilo conductor que pasa por el estampado floral, por la gasa vaporosa o por la piel hipertratada. La noche, aun en las altas temperaturas, elige el largo y el negro, aunque se filtren por sus trampas textiles bocanadas de aire fresco.

El blanco aparece pero se escapa al minimalismo combinando punto, transparencias y plisado en un mismo vestido, igual que la cintura al aire viene en oposición a su vestido más metálico y el cuello halter deja los hombros al aire pero desemboca en un vestido-telón lleno de flecos.

Conservador como es Wu, juega siempre a la transgresión tolerable y, sobre todo, el buen gusto innato. Habrá que ver, eso sí, su colección para Hugo Boss unos días más adelante.

Finalmente, Ralph Lauren también ha decidido dividir sus dos colecciones. Hoy presentó la más accesible de ellas: la de Polo.

Como buen clásico de la moda estadounidense, el diseñador de El Bronx entiende que el verano es para descansar y, considerando que se dirige a gente pudiente, presenta ese no hacer nada como el último de los lujos, casi una obscenidad.

Su propuesta fue sorprendente de puro evidente, pues sacó al sol a sus modelos en la azotea de un hotel de la parte oeste de Manhattan y, con la complicidad del buen tiempo, consiguió un inmejorable efecto: la abulia de la "beautiful people" quedó así en su hábitat vestida con colores flúor en jerséis y pantalones pitillos.

Deportes de elite como la navegación también pasan por su catálogo, con la clásica combinación de blanco y azul en rayas. Aparece el color vaquero como complemento a un traje azul marino y, de repente, se cruza una moto Vespa blanca como símbolo de esa "dolce vita".

Llega la noche y lleva a sus chicas a una fiesta donde conviven los mimbres coloniales y los flecos de los felices años 20. Una colección que huele a verano, a ese verano de siempre en el que la comodidad, la siesta y el descanso están por encima de todo.

Aunque en ese alto nivel también estará Givenchy, que ha dejado para las últimas horas del día su desfile consciente de que París viene a dar una lección a Nueva York, y que debuta en esta Semana de la Moda con al intención de mostrar el arte europeo y ganar el dinero estadounidense. 
 

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