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Camboya: soldados disuelven por la fuerza una protesta de trabajadores en textiles que reclaman subidas salariales

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Europa Press
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2 ene. 2014

PHNOM PENH - Soldados camboyanos armados con porras y fusiles han disuelto una protesta este jueves de trabajadores textiles que reclaman duplicar los salarios en el medio de una huelga general en el país convocada por los sindicatos aliados con el principal partido opositor.

Según testigos, unos cien soldados con equipación antidisturbios y con fusiles de asalto han empleado la fuerza para dispersar a cientos de trabajadores que protestaban delante de su fábrica a unos 20 kilómetros al oeste de la capital, Phnom Penh.

"Los soldados golpearon a todo el mundo", ha relatado la activista de derechos laborales Chhorn Sokha, del Centro de Educación de la Comunidad Legal. "Tenían palos, porras eléctricas, tirachinas y piedras", ha añadido.

Al menos diez manifestantes han sido detenidos y se desconoce el número de heridos, ha precisado la activista. Varios fotógrafos, incluido uno de Reuters, han sido golpeados con porras mientras cubrían la protesta. Dos testigos han señalado que también han visto a los soldados golpear a un monje budista.

"Cientos de trabajadores han tratado de destruir la propiedad de la fábrica, así que las fuerzas de seguridad tuvieron que emprender acciones contra ellos", ha indicado por su parte a la agencia china Xinhua el portavoz de la Policía Nacional Militar, Kheng Tito. "No permitiremos que causen la anarquía y el caos", ha advertido.

DIEZ DETENIDOS

Según el portavoz, diez personas, entre ellas Von Pov, presidente de la Asociación Democrática Independiente de Economía Informal, y varios monjes budistas "falsos", han sido detenidos tras el incidente, que duró unos 20 minutos. "No son trabajadores, sino que se unieron para incitar a los trabajadores textiles en huelga a destruir la fábrica", ha denunciado, asegurando que "serán acusados de desencadenar violencia".

Los enfrentamientos marcan un giro violento tras dos semanas de huelgas relativamente pacíficas, marchas y manifestaciones a una escala sin precedentes en Camboya. Las fuerzas de seguridad, que tienen una reputación de tolerancia cero, hasta ahora han dado muestras de contención.

Los trabajadores textiles, cuya industria aporta unos 5.000 millones de dólares a la economía, se han unido a las protestas encabezadas por el opositor Partido Nacional para el Rescate de Camboya (CNRP), que denuncia que le robaron más de 2 millones de votos en las elecciones de julio pasado.

El CNRP ha buscado atraer a unos 350.000 trabajadores textiles con la promesa de un salario mínimo mensual equivalente a 160 dólares, una propuesta rechazada por el Gobierno como insostenible. Su apoyo al CNRP representa uno de los mayores retos a los 28 años de gobierno autoritario del primer ministro Hun Sen.

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